Sólo me engañé a mi misma. Aquél fue el peor de mis errores.

Le rompió el corazón y quebrantó todas las promesas que le habia hecho.

29 de agosto de 2012

La ilusión se empieza a perder. Las ganas de estar contigo van desapareciendo. Cada vez son más las tardes llenas de lágrimas... Nada tiene sentido. En realidad creo que nunca lo tuvo. Quizá el error estuvo en empezar algo que todos sabían que no iba a llegar a nada. Quisimos romper las barreras que durante todo este tiempo se han ido levantando frente a nuestros ojos. Y al final, hemos querido derrumbarlas con tantas prisas que no hemos sido capaces. No tengo ganas de estar contigo, de pensarte, de pasar tiempo a tu lado. No quiero vivir más momentos inolvidables a tu lado. Te quiero, demasiado. Y me gustaría no quererte tanto. Quisiera mirarte a los ojos y ser capaz de decirte que nuestro tiempo terminó, que no supimos aprovecharlo bien y que no por eso nos queremos menos, simplemente no somos compatibles.
Pero no quiero hacerle daño... No quiero verlo sufrir. Ni quiero ni puedo. Prometí estar a su lado siempre...

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